Queridos lectores, para nosotros es un gusto estar en contacto con ustedes a través de estas notas informativas que preparamos con todo esmero. Para mes este mes de marzo y, a tan solo 10 días después de la llegada de la primavera, nuestro tema será: abejas. Las abejas son unos insectos extremadamente sociables que viven en colonias que se establecen en forma de enjambres y en los que se organizan en una estricta jerarquía de tres rangos sociales: la abeja reina, los zánganos y las abejas obreras.
Estos animales habitan en casi todos los rincones de la Tierra, a excepción en la Antártida, y se trata de una de las especies más antiguas, pues se sabe, pueblan nuestro planeta desde hace más de 30 millones de años y se conocen más de 20.000 subespecies distintas de abeja divididas en 7 familias reconocidas.
Las abejas son los insectos polinizadores por excelencia y tienen una función esencial para el equilibrio de la naturaleza, ya que contribuyen activamente a la supervivencia de muchas especies de plantas que se reproducen gracias al transporte de polen que llevan a cabo estos pequeños animales al alimentarse del néctar de las flores.
A pesar de la inmensa variedad de subespecies de este insecto, por nuestra proximidad a ellas, cada que pensamos en abejas creamos la imagen mental de la Abeja Europea y las Abejas Melíferas. Sin embargo, no todas las abejas producen miel. Las más conocidas son las mencionadas anteriormente, que solo engloban nueve de las 20.000 especies documentadas. La estrella del género es, como hemos dicho, la abeja europea “Apis mellifera”. Son abejas sociales, organizadas en una estructura jerárquica en la que impera la distribución del trabajo. Y no solo producen miel -que les sirve de alimento- también fabrican cera.
Las abejas europeas producen cera para construir los panales. Es como tener una fábrica orgánica para producir material de construcción. Esta habilidad es un rasgo distintivo de esta especie, y les confiere de una ventaja incuestionable, pues son capaces de controlar por sí mismas las características de los materiales con los que fabrican su hogar.
Empero, la mayoría de las especies de abejas prefieren llevar una vida solitaria, lejos de los panales y de la muchedumbre que habita en su interior. Otro dato curioso sobre estos insectos que, por lo general, damos por sentado y que, sin embargo, es totalmente falso es aquel en el que se dice que las abejas pueden utilizar su aguijón una sola vez en la vida. Esto es incorrecto, ya que pueden infligir picaduras tantas veces como requieran para defenderse de otros insectos; el problema radica en que, al picar a un ser humano, el aguijón queda atrapado en nuestras capas de piel y, al intentar sacarlo, el cuerpo de la abeja de desgarra, provocando heridas mortales.
La importancia de esta especie animal ha quedado más que clara, pues su papel en la reproducción de las plantas y la sobrevivencia de los ecosistemas es imprescindible, por ello, es sumamente importante respetarles y protegerlas antes los peligros del mundo moderno. Para dicha tarea, INGESSA y ABEJA NEGRA SOS trabajan de la mano con el rescate y el control efectivo y seguro de las colonias de abejas en las ciudades. Si tienes problemas con una de ellas o identificas que un grupo de estos maravillosos insectos necesita ayuda, no dudes en llamar, pues, como siempre, somos la mejor opción para esto.