Según cifras oficiales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la UNICEF, se estima que en todo el mundo existen 160 millones de menores ejerciendo un trabajo a una corta edad. En México, las cifras tampoco son alentadoras con 3.3 millones de jóvenes participando en el campo laboral. En este apartado, los sectores de actividad agrícola, construcción e industria son los que más sufren este problema. Las regiones más afectadas son el norte y sur del país con Sinaloa, Chiapas, Oaxaca, Baja California, Chihuahua, Tamaulipas y Nuevo León.
Para las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) no todas las tareas que llevan a cabo los niños son consideradas como trabajo infantil; pues las actividades adecuadas para su edad y para su grado de madurez en las que apoyan en el hogar, les permiten asumir responsabilidades y desarrollar aptitudes.
Sin embargo, algunas de las situaciones para catalogar a un ambiente laboral no apto para un menor de edad son:
- Ambientes peligrosos bajo tierra, bajo el agua, en alturas o en espacios cerrados.
- Un medio insalubre donde estén expuestos a sustancias, agentes o procesos peligrosos, o bien a temperaturas, niveles de ruido o vibraciones perjudiciales para la salud.
- Lugares donde estén vulnerables a abusos físicos, psicológicos o sexuales.
- Actividades que se realizan con maquinaria, equipos y herramientas peligrosas, o implican la manipulación o el transporte manual de cargas pesadas.
- Trabajos que implican condiciones difíciles, como horarios prolongados o nocturnos.
Como parte de nuestros valores y nuestro compromiso social, celebramos, promovemos, realizamos y apoyamos los esfuerzos necesarios para erradicar la trata de personas y el trabajo infantil.
Realizando nuestra labor de manera ética y responsable, en apego a los derechos humanos y laborales de nuestros colaboradores.