ROEDORES

Seres escurridizos, inteligentes, adaptables a cualquier ecosistema en la Tierra y con una de las capacidades reproductivas más exitosas del reino animal; los roedores han habitado el planeta desde hace más de 60 millones de años, siendo el grupo más diversificado y extendido alrededor del globo: más de 2280 especies en 6 de los 7 continentes representan a una de las más grandes maravillas de la naturaleza en cuestiones evolutivas.  Sin embargo, estas características tan valiosas para su supervivencia en ambientes hostiles, representan diversos peligros para los seres humanos, pues los roedores conviven con una inmensa cantidad de enfermedades que son transmisibles con facilidad cuando ambas clases de mamíferos conviven en los mismos espacios.

    La familia Rodentia representa al  42% de los mamíferos vivos sobre el planeta Tierra, esto es un indicador enorme sobre sus increíbles capacidades evolutivas y es un reflejo aún más grande de su formidable adaptabilidad en la naturaleza; conquistadores de cualquier ecosistema: desiertos, tundras, junglas, bosques, zonas acuíferas, sabanas, etc. ¿Pero qué pasa con las ciudades y los pueblos?  Estos se han convertido en el hábitat por excelencia para las especies más conocidas de roedores: la rata marrón, el ratón doméstico, la rata negra y las ardillas.

   Roedores y seres humanos han convivido desde que nuestra especie comenzó a conquistar el mundo natural. El crear refugios en cuevas, mantener alimentos almacenados, generar calor o dejar restos de otros animales tras de sí, fueron las principales causas por las que ratas y ratones aprendieron que, junto a los Homo sapiens, la supervivencia se convertía en un asunto un poco menos peligroso y agotador para ellos. Esta nueva relación inter especies trajo consigo el mayor problema de todos: la convivencia con virus y parásitos a los que el hombre no estaba acostumbrado a enfrentarse.

   En estado silvestre, la mayoría de los roedores presta servicios imprescindibles para el correcto funcionamiento y desarrollo de los ecosistemas, pues juegan diferentes roles tales como el de jardineros al mantener gran número de plantas bajo control, agricultores (al esparcir semillas en bosques) o ser la base de la cadena alimenticia para una inmensa cantidad de depredadores.

   Sin embargo, al estar en ambientes urbanos, las ratas y ratones se ven obligados a mantenerse escondidos entre la basura y las cloacas. Esto representa un riesgoso foco de infecciones, pues cuando alguno de ellos consigue entrar en el jardín o a los hogares, procede a construir su madriguera, alojando virus y provocando un potencial contagio para las personas.  Recordemos que la mayor pandemia a la que se ha enfrentado nuestra especie (la peste negra) fue, precisamente, causada por la convivencia con la rata.

   De hecho,  las ratas y ratones son capaces de transmitir más de 50 patógenos y enfermedades a los seres humanos, siendo los animales que mayor cantidad de virus y contagios pueden crear.

    En caso de que se detecte la presencia de estos roedores en sus hogares, lo mejor será ponerse en contacto con los especialistas, pues los procesos para el control de roedores son muy complicados. 

Es por ello que en INGESSA  estamos orgullosos al asegurar que somos expertos en el control de plagas y representamos la mejor opción para combatir esta desafortunada situación. Para nosotros será todo un placer apoyarle en esta labor y mantener su hogar y/o espacios de trabajo siempre seguros y libres de cualquier amenaza contra la salud, ya sea por virus y bacterias o por pestes como ratas, chinches, cucarachas, etc.